Uno de los caminos más deslumbrantes de nuestra Córdoba, por la naturaleza que lo cobija y la historia que cuenta en su trazado, es el mítico Camino de los Puentes Colgantes.
Muchas voluntades coincidieron para llevar adelante esa inmensa obra.
Hombres de espíritu hacedor que supieron sobreponerse a los desafíos que imponía el relieve salvaje.
Las cumbres más altas de la provincia, y una de las pampillas de altura más elevadas de América, debían poder atravesarse para que el valle de Traslasierra se acerque a la ciudad capital.
Fue el Santo Brochero el que bregó por largos años para la realización de esta vía.
Carlos Nicandro Paz, fundador de Villa Carlos Paz, donó terrenos y materiales para el inicio de la obra. Y bajo la gobernación de Ramón Cárcano, en el año 1914 comenzó la quijotada.
El Ingeniero Arturo Pagliari realizó el osado diseño.
El primer tramo brinda panorámicas fantásticas del macizo de Los Gigantes y la continuidad de las Sierras Grandes. Extensos pinares se deslizan hacia el valle, mientras los pastizales tapizan de suave dorado hacia las alturas.
En pocos minutos encontramos el pequeño paraje de Copina, que era una posta indispensable en aquellos primeros años. Con el trazado del asfalto que se alejó un poco de la huella original, Copina fue quedando con muy pocos habitantes, pero aún conserva la magia de su esencia y su entorno tan singular.
Y aquí inicia el tramo más espectacular del camino, los afamados Puentes Colgantes.
Para trepar hasta la Pampa de Achala se suceden 5 puentes que avanzan suspendidos sobre el relieve bravío. Ellos van uniendo el paisaje y permitiendo el paso seguro.
Con 19 metros de largo cada uno y poco menos de 3 metros de ancho, invitan a una aventura excepcional.
El tramo completo entre Copina y El Cóndor, que aún permanece de ripio, tiene 20km que se recorren en poco más de una hora. Pero entre el primero y quinto puente hay poco menos de 3km.
Cuando se culminaba la primera etapa de este gran camino, Cárcano pronunció unas palabras que lo describen en su esencia, el dijo:
“El camino de las Altas Cumbres es el camino de lo bello. Arranca al borde del lago San Roque, atraviesa valles de cultivo, florestas primitivas, quebradas oscuras, puentes colgantes sobre torrentes bravíos, cimas doradas por el sol, y corre, sube, baja, gira, vuelve a avanzar y se oculta, aparece, continúa y llega. La espléndida carretera se desarrolla como un arabesco en la montaña”
El viejo camino contaba con más de 1500 curvas y pendientes que alcanzan los 10 grados.Si aún sigue siendo una aventura recorrerlo, imagino lo que habrá sido en sus primeros tiempos…
La obra fue finalmente inaugurada en el año 1918, ya siendo gobernador el Dr. Julio Borda.
El reconocido historiador Edgardo Tántera repasa con detalles esta historia en sus libros publicados sobre la región.
El tramo de los Puentes colgantes se encuentra con la ruta actual a la altura de El Cóndor, a 2mil msnm. Allí yacen los muros olvidados de aquel hotel creado por el botánico suizo Juan Reimon, que fuera descanso de los viajeros y lugar de reunión de destacados pensadores y científicos de la época.
El descenso hacia el valle de Traslasierra promete paisajes y vistas que siguen deslumbrando.
La naturaleza tiene el poder de hacernos sentir fugaces.
El paisaje se muestra ancestral, eterno, sabio.
La magia de lo solemne se pinta de ocaso.
Los caminos de nuestra Córdoba nos conmueven una vez más.
Sugerencia:El Camino de los Puentes Colgantes es uno de los recorridos habituales que realizamos en nuestros paseos por las sierras todos los fines de semana.
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